Situada al este de O Grove y unida a la península por un puente construido a comienzos del siglo XX, la isla de A Toxa fue utilizada durante siglos por los vecinos de O Grove como lugar de pastoreo, transportando su ganado en barcas, y también como espacio para sus tareas agrícolas.
A raíz del redescubrimiento en el siglo XIX de sus fangos termales (de donde toma el nombre A Toxa) y aguas medicinales (de donde toma el nombre Louxo) pasó a ser en gran parte de propiedad privada para explotar sus bienes termales, construyéndose el antiguo balneario que trajo consigo un aumento espectacular del turismo y el nacimiento de otras dotaciones. Así, a lo largo de los años fueron surgiendo hasta tres establecimientos hoteleros, un campo de golf, un casino y una zona comercial, entre otras instalaciones.
Hoy en día resulta visita obligada la capilla de San Caralampio, recubierta en su totalidad por conchas de vieira, o la Tienda Museo La Toja Manatiales, en donde se relata la historia del emblemático jabón La Toja. Si se viaja con niños, no se podrá abandonar la isla sin acudir antes al retiro de la leyenda para saludar a la familia de burros fariñeiros que allí viven, ni tampoco se deberá perder la oportunidad de adentrarse en el bosque para descubrir la singular Aldea dos Grobits
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