Te sorprenderá saber que justo detrás de este panel, en el suelo, tienes un pozo termal, y que debajo del asfalto que está a tu espalda se encuentra oculto otro más. Y así en varios puntos alrededor de donde te hallas.
El más importante de ellos, conocido como A Burga, está situado dentro del propio balneario, por su alta temperatura. Sobre él se construyeron históricamente varios balnearios que se fueron superponiendo a lo largo de casi los últimos doscientos años. El actual que estás viendo hecho de piedra es obra del arquitecto Juan Argenti Navazas, quien lo proyectó en 1928 para sustituir a uno anterior de madera y ladrillo levantado en 1900. Imaginemos como pudo cambiar este entorno desde 1841, cuando el balneario antiguo era más bien un campamento de casetas diseminadas construidas con piedra y madera y en cuyo interior había hoyos excavados a manera de sepulturas que se llenaban con el agua surgente a una cota superior a la del mar. Esa era la imagen del lugar desde mediados hasta finales del siglo XIX.
El 25 de agosto de 1987, alrededor de las nueve de la noche, se declaró un grave incendio en este edificio, al parecer por causa de un cortocircuito. El fuego alcanzó grandes proporciones y el tráfico tuvo que cortarse en la entrada del puente que comunica la Illa da Toxa con la villa de O Grove. Desde entonces, el edificio ya nunca más se abrió ni remodeló.
