En este lugar hay que señalar el descubrimiento de una necrópolis y un castro cuyas excavaciones comenzaron en los años cincuenta.
El castro data S. VIII a.C., mientras que las tumbas encontradas en la necrópolis corresponden a los S. III – IV d.C. Este asentamiento galaico se remonta al S. VIII a.C. y supuso una vía de comunicación e intercambio entre el Mediterráneo y Europa, mucho antes de la romanización de Galicia.
15.000 piezas del Museo de Pontevedra avalan la intensa relación comercial con los pueblos del Mediterráneo desde el S. VI a.C.
Fenicios y Cartagineses trajeron herramientas de metal, el molino redondo, cerámicas y joyas a cambio de estaño, plata y pieles.
Los restos encontrados en el yacimiento tienen un valor excepcional, que abarca medio libro de la historia de Galicia, desde el S. VIII a.C. hasta la Edad Media.
El centenar de esqueletos que se han localizado en sus dos necrópolis constituyen la mayor aportación a la antropología gallega por su elevado número y excelente conservación gracias al suelo arenoso.
Las excavaciones realizadas hasta ahora representan solo una décima parte de lo que ya se ha constatado que hay enterrado. Los estudios de georradar y el laboratorio señalan hasta 107 nuevas construcciones, que serán objeto de nuevas excavaciones arqueológicas que ayudarán a entender mejor este relevante enclave. Los arqueólogos buscan los restos del Monasterio de Santa María de Lanceata, citado en textos medievales conservados en el archivo de la catedral de Santiago.
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